martes, 29 de septiembre de 2009

Seguimos

Siguen discutiéndose si aprobar o no el reconocer las uniones homosexuales como un matrimonio. Con pretextos de discriminación se trata de reconocer los derechos civiles de estas personas.
¡Qué duro! Que tengamos que discutir tanto por algo que no vale la pena, creo que toda persona tiene sus derech0s y que se puede vivir respetando a los demás. Pero un matrimonio es una institución con personas de diferente sexo, donde se mantiene una relación muy compleja y completa pero que está garantizada por el amor de los cónyuges bendecida, animada y fortalecida por Dios pues este amor es un reflejo del amor que Dios tiene para con nosotros. Es en este ambiente, donde se inicia la vida ya que todo amor es fecundo y es así como los niños pueden ir formándose en un ambiente sano, al cuidado de sus padres. ¿Muy tradicional? Tal vez, pero quizá el tener una opinión diferente solo sea producto de la influencia de muy pocos difundida hábilmente.
Así, cualquier día nos cansamos que el agua tenga sus cualidades (incolora, insabora, inodora) y le agregamos color, sabor y olor según nos convenga. Nuestras realidades se basan en normas de convivencia muchas van determinadas por características propias de nuestra naturaleza y el sexo es un absoluto no un accidente.
Con todo el respeto que cualquier persona merece, yo para el desarrollo de un niño prefiero ser tradicional (y yo diría natural) prefiero seguir el modelo original y no cambiarlo por otra cosa. Quisiera que nuestros hijos admiren a sus padres por la forma como se aman, que los profesores de nuestros hijos sean ejemplos a seguir, que las personas que influyen como autoridad en la sociedad puedan ser dignos de imitar porque mantienen hogares estables y que si bien es cierto que colaboramos con Dios en dar la vida, no lleguen leyes a decirnos que es mejor tener hijos sin sexo, que es mejor proclamar que somos los dueños absolutos de nuestro cuerpo, en fin que cualquier idea sea impuesta para deformar nuestra ya muy golpeada sociedad.
Podemos sentirnos pequeños, increíblemente pareciera una posición quijotesca tratar de defender algo que es natural, pero con la ayuda de Dios podemos mantener una célula sana para formar parte de la sociedad y en la medida que esto suceda, nuestra sociedad irá sanando.
Así que no importa cómo resulten las leyes, las discusiones o las tendencias de la moda, nuestro deber es seguir orando por y con la familia, seguir viviendo y manteniendo este ambiente porque no podemos hacerlo de otra forma, porque seria ir en contra de nuestra propia naturaleza y en contra de Dios.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Pues resulta que medimos fuerzas y la burocracia ganò, debido a que no se obtuvo mayorìa en la Asamblea Legislativa las reformas de la ley que hubieran impedido el que los homosexuales se puedan casar o adoptar niños la mociòn pasò a otro departamento pero por el momento no se hace ley de la Repùblica porque se pueden sentir marginados u ofendidos; asì que seguimos con la incertidumbre de saber si en la pròxima dècada nuestros honorables diputados volveràn a tratar el asunto.
Lo màs triste es que hay personas que son creyentes que opinan que pueden casarse los homosexuales ya que tienen derecho a ser felices, afortunadamente hasta hoy no se ha dado el caso en nuestro paìs pero dejamos la puerta abierta para que cualquier pareja pueda venir y vivir juntos y que si se tienen los mèritos y los medios puedan ser padres adoptivos de niños que crecerán llamándolos cómo ¿papá? ¿mamá?.
Cómo llegarán a escucharse en los recreos de las escuelas a cualquier niño: "cuando sea grande voy a vivir con un muchacho moreno", porque los niños aprenden del ejemplo que se les da.
Nuestro mundo va caminando hacia la visión de la sociedad que tuvo Aldous Huxley en "Un mundo feliz" donde la reproducción humana se daba por encargo en un laboratorio y la unión sexual era innecesaria (hoy lo empezamos a ver en algunos artistas). Pero no perdamos la perspectiva aún este autor a pesar de ser defensor y promotor del uso de drogas alucinógenas nos da esta visión como una denuncia, como una reflexión para detenernos y no llegar a esa forma perversa de sociedad.
¿Qué hacer? Pues debemos seguir desde nuestro castillo, seguir desde nuestro hogar educando con ejemplo sano y honesto, aconsejando oportunamente y dando explicaciones a nuestros hijos para que podamos dar a nuestra sociedad adultos concientes, buenos y sanos. Todos los males de nuestra sociedad están en nuestras manos para remediarlos con un buen ambiente de hogar, con amor, respeto y fe. ¡Adelante matrimonios!

sábado, 19 de septiembre de 2009

A favor de la familia

Nuestro paìs està pasando por diversas situaciones, algunas buenas, algunas no tan buenas pero como catòlicos debemos mantener nuestra presencia en diversos àmbitos.
Hoy nuestra Iglesia nos convoca a una marcha para que mostremos a la sociedad nuestro deseo de preservar la familia, de mantener en nuestra legislaciòn el concepto de matrimonio ("A imagen de Dios los creò. Varòn y hembra los creò" Gen 1, 27), de proteger a la niñez principalmente en el tema de las adopciones.
¿Podremos cambiar las opiniones de las personas encargadas de dictar nuestras leyes? Pues esa es la intenciòn pero definitivamente necesitamos hacer màs y como Iglesia estamos llamados principalmente a introducir a Dios en todos nuestros momentos asì que no olvidemos la oraciòn, oremos por el matrimonio, por la familia y por la niñez, digamosle al Señor que necesitamos su bendiciòn y protecciòn, que queremos mantener nuestro matrimonio segùn sus designios. Mantengamos esta intenciòn en nuestras oraciones, y asistamos a nuestras iglesias principalmente el pròximo jueves 24 de septiembre que serà la plenaria de la Asamblea Legislativa donde se tratarà este tema y unàmonos en oraciòn delante de Jesùs Sacramentado para que hagamos historia y que podamos contribuìr con nuestra parte a mantener una patria y una sociedad màs sana.